martes, 20 de marzo de 2012

CUATRO SUSPIRANTES

MURAL
16 de Marzo de 2012

CUATRO SUSPIRANTES
Isabel Sepúlveda

Ya están los cuatro candidatos a gobernar nuestro Estado. ¿Es usted de los precipitados, que sin pensar mucho ya sabe a quién dará su voto? ¿O ya descartó a unos, por impresentables, y esperará a ver qué hacen en campaña los otros, para saber qué tan congruentes son?


Vamos a revisar. Comencemos con el llamado "candidato oficial", por ser del mismo partido que gobierna Jalisco, el panista Fernando Guzmán Pérez Peláez. Ventajas: tiene la estructura de Gobierno a su favor y el financiamiento público que recibirá para su campaña será, junto con el del PRI, abundante. Jalisco ha logrado mantener un buen ritmo de crecimiento económico y tiene buenas perspectivas en el corto y mediano plazo; se ha consolidado como punto de referencia mundial en el área tecnológica; y el factor Alberto Cárdenas, como un muy popular candidato a Guadalajara, la principal Alcaldía, le dará puntos.


En contra, Guzmán representa la continuidad del partido que ha gobernado durante 17 años el Estado, con el desgaste que esto representa. La debacle moral de muchos militantes que han ejercido importantes puestos públicos y que han utilizado para enriquecerse, corromperse ellos mismos y a sus subalternos, con el consecuente desprestigio de la institución pública en la que han laborado, provocó que el PAN -habiendo tenido en dos ocasiones casi todo el Poder Ejecutivo y la mayoría en el Legislativo- no pudiera aprovechar la coyuntura para elaborar y aplicar leyes, reglamentos y códigos de conducta que podrían haber puesto a Jalisco a la cabeza del desarrollo nacional; se dedicaron a pelearse entre sí y a formar poderosos grupos de poder para repartirse los botines y tapar sus fechorías.


Tal vez Guzmán Pérez Peláez y muchos panistas más no tuvieron parte en este desgarriate, pero el silencio es complicidad, y los pillos no sólo siguen formando parte del PAN, ya les aseguraron vacaciones de lujo como senadores y diputados plurinominales.


El priista Aristóteles Sandoval tampoco la tiene fácil. Apenas dos años al frente de la Alcaldía de Guadalajara han servido para medir su estatura como gobernante: la corrupción, lejos de ser erradicada, se encuentra en sus mejores momentos; intente usted pedir el más humilde permiso para negocio alguno y conocerá los pretextos más absurdos para no dárselo o darle inexplicables largas, mientras el comercio ambulante ha regresado sin pudor alguno al Centro Histórico. La infraestructura creada por los anteriores Gobiernos panistas para alojar comerciantes es utilizada por el poderoso comercio ilegal como bodegas de sus productos.


A su favor: Sandoval tiene el manejar una imagen tipo Peña Nieto región 4, que tanta popularidad levanta; además, el PRI sigue incrustado en el gen nacional como equivalente a Gobierno, bueno, malo o pésimo, pero continúa como sinónimo de autoridad. Tendrá un alto financiamiento público y, a pesar de las turbulencias causadas en el proceso de selección de candidatos, el PRI ha sabido aplacar los ánimos.


Enrique Alfaro llega como la versión tipo charro de Buzz Lightyear: quiere llegar al infinito y más allá, pero tropieza con obstáculos propios y con los puestos por sus peores enemigos; los esquiva, se levanta y luego no se sabe qué peripecia le sucederá.


Sus dos ventajas principales: es el candidato más congruente entre lo que ha ofrecido y cumplido como gobernante; y su desafío constante al poder del líder del Grupo UdeG, Raúl Padilla. El espectáculo es seguido con gran curiosidad por los medios y ciudadanos apartidistas, quienes esperan, como en función de box, el próximo round para ver hacia quién apunta la victoria final. Sus contras: poco financiamiento y el desconocimiento y cuestionable reputación de los partidos políticos que lo respaldan; la fortaleza que ha podido sacar de este contratiempo es el poder postular candidatos ciudadanos para las Alcaldías.


Por último, el proceso de selección utilizado por el PRD para elegir candidato, es ejemplo, junto con el PANAL de Elba Esther, de lo bajo que han llegado los dueños de partidos políticos para mantenerse dentro del multimillonario financiamiento que se les otorga, y nos ha mostrado lo siguiente: 1.- No les importa la calidad de sus candidatos, sino la sumisión a los intereses de quienes lo postulan; 2.- La tarea encomendada a su, literalmente, peor es nada, Fernando Garza, quien lo mismo dice una cosa que otra, es obvia: criticar y denunciar todo lo malo (de ahí viene) de los Gobiernos panistas y aliarse a todas las causas que estén en su contra, mientras sus reproches al PRI no tendrán mayores consecuencias porque, en realidad, el PRD local a quien apoya es a Aristóteles. Al tiempo.




@IsabelSepulveda



isasepulveda57@gmail.com

Hora de publicación: 04:30 hrs